Descripción
La alcachofa proviene de una especie de cardo originaria de la zona del Mediterráneo que cultivaban los griegos y romanos. Durante la Edad Media se hicieron selecciones que llevaron a la alcachofa que hoy conocemos.
Se puede consumir cocida, asada, frita o incluso cruda. Se pueden consumir en menestra, guisadas o salteadas con guisantes y jamón, etc. También se elaboran conservas con ellas, que pueden ser al natural, en aceite o en vinagre. También se adapta muy bien a la congelación, conservando sus propiedades organolépticas.
Su importancia nutritiva radica sobre todo en la cinarina, un compuesto que contiene en cantidad apreciable y que tiene propiedades beneficiosas para el hígado, los riñones y la vesícula biliar.
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