Descripción
Aunque la forma en que se consume es diferente, el calçot tiene unas propiedades similares a las de la cebolla. Esto quiere decir que se trata de un alimento con poco contenido calórico pero rico en fibra, lo que mejora el tránsito intestinal.
El contenido en fósforo ayuda al fortalecimiento de huesos y dientes, además de proteger el intestino. Por otra parte, su alto contenido en agua y las pocas calorías que contienen, hacen de los calçots un alimento idóneo para dietas destinas a la reducción de peso, así como el control de la obesidad.
También tienen cualidades diuréticas, es decir, que favorecen la expulsión de toxinas y ayudan a controlar la retención de líquidos.
Los calçots contienen flavonoides, una antioxidante presente en algunas plantas y beneficioso a la hora de prevenir la aparición de cáncer, artritis y alergias.
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